El Plan Integral de Seguridad en el Puerto, tendente a frenar el alto número de intrusiones ilegales en el recinto portuario, cierra el mes de febrero con datos positivos y espectaculares, puesto que sólo se registraron 244 frente a las 3.122 de enero de 2018. En concreto, una bajada en el último año del 92,2% gracias al Plan de Seguridad Integral adoptado por la Autoridad Portuaria para frenar los intentos de accesos ilegales a los barcos que enlazan Melilla con la Península.
Un plan que, en palabras del Presidente del Puerto, Miguel Marín, obligó a tomar “medidas drásticas” pero que ha demostrado su eficacia, a pesar de que las obras de refuerzo del vallado e instalación de concertinas en toda la zona del espaldón primero y, actualmente, en los muelles Ribera I y Ribera II no habrán terminado hasta finales de la presente semana.
En su opinión, no sólo se demuestra el acierto en el uso de “un instrumento legal, pasivo e inocuo para quien no quiere infringir ninguna norma”, sino que se está logrando poner solución a un problema “grave para el Puerto y para el conjunto de la ciudad”, que venía cronificándose desde hace años y que “provocaba un efecto llamada”, como lo venía demostrando el progresivo aumento de la presión migratoria e intentos de intrusiones ilegales en el recinto portuario.
No obstante, para Miguel Marín, al margen de los medios físicos, resulta decisiva “la encomiable labor de los trabajadores del Puerto” y, especialmente, el trabajo de “policías portuarios, guardias civiles y policías nacionales”. “Gracias a su esfuerzo, entre todos estamos consiguiendo combatir las intrusiones y con ello estamos mejorando no sólo la seguridad del puerto sino del conjunto de la ciudad”.
Pero, además, subrayó el importante efecto añadido de “mandar a las mafias el mensaje de que por Melilla no van a poder conseguir sus objetivos Este –concluyó- es un mensaje positivo que nos ayudará a mermar esa enorme presión migratoria que actualmente tiene Melilla”.
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