Según dicha naviera, esta prueba está diseñada para evaluar la viabilidad del uso en un futuro de biocombustibles, tanto en motores como en calderas, y su impacto en el consumo, la potencia y la fiabilidad de los equipos
Este biocombustible de segunda generación permite una reducción de las emisiones de CO2 de alrededor del 83% lo que supone alrededor de 690 millones de toneladas, teniendo en cuenta su producción y distribución.