Los investigadores han localizado una veintena de viveros que comprarían el marisco irregularmente capturado en territorio luso y distribuido en nuestro país con documentación falsificada. La organización criminal compraba las almejas a furtivos portugueses en torno a los 3 euros el kilo para después venderlas a los viveros españoles a unos 7 euros el kilo. Finalmente, el producto llegaba al mercado español alrededor de los 12 euros el kilogramo.