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Ola en China ¿tsunami en los mercados?

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JoseRafaelDiaz

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La abrupta caída de las acciones del gigante inmobiliario chino Evergrande, ha generado una crisis y un desplome de sus títulos de más del 10% en la bolsa de Hong Kong. La repentina paralización del mercado inmobiliario y la demanda de viviendas a causa de la pandemia, ha provocado la paralización de la compañía, con un descenso asociado en el PIB nacional del 2%.


La situación puede provocar un efecto dominó en los mercados chinos y a nivel internacional, debido a la diversificación de inversiones del grupo. Evergrande es una empresa sistémica, capaz de hacer tambalearse a todo el sistema, porque ha interrumpido de forma súbita todas su promociones, construcciones y de manera inmediata, la importación por vía marítima de todo tipo de graneles y manufacturas.


Pekín es el mayor importador de materias primas del mundo y uno de los mayores actores en el comercio internacional. Además, el PIB de China representa casi el 18% de toda la economía mundial. y podría estar acercándose a su “momento Lehman Brothers”.


Si las autoridades dejan caer al gigante inmobiliario, su derrumbe tiene el potencial de afectar al resto del sector, promotoras, constructoras, importadores, agencias, esfera financiera y, a la postre, a la economía real, que ya se encuentra perdiendo fuerza de forma natural. Aun siendo rescatada la compañía con fondos gubernamentales, estamos hablando de un cambio brusco en el movimiento de insumos y de una desaceleración económica de carácter prolongado.


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A medida que avanza la situación, el transporte marítimo se está viendo afectado. Sobre todo, el sector de los graneles, petróleo y contenedores. La caída en el consumo de materias primas por parte del gigante asiático, aumenta la posibilidad de una reducción de tráficos. De hecho, las acciones de navieras y comercializadoras han descendido desde que se ha hecho pública la noticia de Evergrande.


Las situaciones de crisis no se suelen producir por hechos aislados, sino por la superposición de circunstancias. A la caída de las importaciones chinas, debemos sumar las tensiones geopolíticas en el Mar de China y con EEUU. A raíz de la firma del acuerdo AUKUS entre EEUU y Australia, se está recrudeciendo la guerra fría entre el bloque aliado americano y China, lo que se suma a la previa confrontación por el control del mar meridional chino y soberanía de Taiwán. El mar del sur de China se ha convertido en un hervidero, en el que se producen frecuentes incidentes por el control marítimo.


Mutatis mutandis, lo que es un problema para la administración Biden, podría convertirse en una oportunidad para reactivar el tratado de inversión entre la UE y China, que tanto molestaba a EEUU. Sin ir más lejos, las relaciones comerciales entre el gobierno alemán y Pekín son excelentes y Francia podría devolver a EEUU el “golpe” de haberse quedado sin el acuerdo de vender 12 submarinos a Australia, a causa de la firma de AUKUS promovido por EEUU. Y no debe ser casual, que, en Bruselas, Josep Borrell, jefe del brazo diplomático y de seguridad del bloque, exponga nuevas estrategias para afianzar la influencia en la región Indo-Pacífico.


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Dejando la geopolítica y volviendo al sector marítimo, el transporte a granel es el que sin duda se verá más afectado por los recientes sucesos. El desplome de la construcción, la intervención gubernamental en el comercio de productos básicos, la desaceleración económica del gigante asiático, están enviando señales significativas de un cambio de rumbo en los mercados y por ende en el transporte marítimo.


La producción de acero chino ha descendido en un 12% desde agosto, la mayor caída interanual en términos porcentuales desde la crisis financiera mundial. El precio de referencia del mineral de hierro, utilizado para producir acero, disminuyó a 94 dólares por tonelada, el precio más bajo desde julio de 2020. El movimiento de chatarra en los puertos con destino a las fundiciones se contrae. Y es que el precio de entrega del material puede supone un 40% sobre el de la carga, debido al aún elevado coste de los fletes.


Los desguaces que experimentaron un repunte en el peor momento de la pandemia gracias a las numerosas bajas de cruceros y buen precio del acero, ven ahora disminuido el ritmo.


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Cualquier desaceleración china, ipso facto es nefasta para el sector petrolero. Pekín ha intervenido los mercados de graneles líquidos y la actividad en las refinerías, anunciando la subasta de productos procedentes de su reserva estratégica y aumentado los impuestos, para así estabilizar los precios y reducir las importaciones. Todo indica un parón al crecimiento desenfrenado que presenciábamos con anterioridad a la pandemia.


Se podría plantear que el transporte de contenedores tiene en este momento una menor exposición al riesgo, en comparación con los movimientos de granel sólido y líquido. Las exportaciones de contenedores desde “Zhongguo” se mantienen de momento, a pesar de la congestión en los puertos americanos de la costa oeste y de las paralizaciones por casos de covid19 en la cadena de suministro china. Sin embargo, se debe proceder con cautela, cuando los valores en los mercados bursátiles de todos estos sectores apuntan en sentido descendente.


Para los inversores extranjeros que disponen de más de 800.000 millones de dólares de activos financieros en los mercados onshore chinos, acciones en 230 empresas que cotizan en la bolsa de EE.UU. y que capitalizan más de dos billones de dólares, la situación comienza a ser francamente preocupante.


El último pulso entre la administración americana en su alianza con Reino Unido y Australia, para contener a China en el Pacífico continúa. Pekín busca apoyos confirmando su adhesión al Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico, (Trans Pacific Partnership – TPP). Taiwán, cuya soberanía es pretendida por China, se defiende anunciando de manera simultánea su incorporación al mismo tratado.


En la disputa comercial, el presidente estadunidense mantiene los aranceles sobre más de la mitad de los bienes chinos que llegan a su país y los legisladores estadounidenses han avalado varias medidas contra el gobierno de Pekín, entre ellas, la amenaza de expulsar a 270 cotizadas chinas de las plazas bursátiles de EEUU.


Un paso más hacia la desvinculación total de ambas economías, a dos bloques de influencia internacional y a un divorcio comercial sin precedentes. Los analistas contienen la respiración…

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