La actuación, que ha contado con la participación del FBI y de la Homeland Security Investigations (HSI), se ha producido en el marco de una comisión rogatoria de Estados Unidos y bajo la dirección del Juzgado de Instrucción número 2 de Palma de Mallorca. El yate, de 78 metros de eslora y valorado en más de 90 millones de euros, se encontraba en un astillero de Mallorca y es propiedad del multimillonario ruso Viktor Vekselberg.