El Convenio BWM tiene por objeto proteger los ecosistemas marinos. Para ello, requiere a los buques que gestionen el agua de lastre de manera que los organismos acuáticos nocivos y los agentes patógenos sean eliminados o inofensivos antes de que el agua de lastre se libere en un nuevo lugar.
El objetivo de la jornada ha sido analizar las implicaciones que supone para el transporte marítimo la entrada en vigor del Convenio internacional para el control y la gestión del agua de lastre y los sedimentos de los buques (Convenio BWM).
Una medida internacional clave para la protección medioambiental encaminada a impedir la propagación las especies acuáticas invasivas a través del agua de lastre de los buques entró en vigor el 8 de septiembre.
El próximo mes de septiembre comenzará a aplicarse el convenio internacional aprobado por la Organización Marítima Internacional para el control de agua de lastre que utilizan los buques para mejorar sus condiciones de navegación a través de los océanos.
Roberto González, CEO de la empresa canaria Deep Marine, analiza las consecuencias que el convenio internacional sobre aguas de lastre tendrá en el Archipiélago canario.
Panamá es el mayor Estado de abanderamiento mundial en términos de arqueo: cuenta con el 18,02% del arqueo de la flota mercante mundial.
Se exigirá que los buques gestionen su propia agua de lastre para extraer o neutralizar los organismos acuáticos perjudiciales y agentes patógenos existentes en el agua de lastre y los sedimentos.
El presidente finlandés ya aprobó el pasado 17 de junio la propuesta del parlamento para ratificar este convenio, pero el procedimiento administrativo se ha retrasado por la temporada de vacaciones.