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​2022, un gran año

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Port de Barcelona   Contenedores panorámica

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Dejamos atrás 2021, ejercicio marcado por la pseudo recuperación pospandémica, en la que la tensión de la cadena de suministro alcanzó la mayor de las elasticidades posibles, otorgando a las navieras una posición preponderante nunca jamás vista antaño.


Tras lustros de resultados pobres o negativos con pérdidas multimillonarias, de repente, las navieras obtuvieron beneficios estratosféricos. La situación del comercio mundial vivió una histeria consumista, de producción, de almacenamiento y sobretodo de anti rotura de stock/cadena. Tal incremento de demanda de transporte contenerizado reventó la estructura existente; obviamente buques y puertos no son factores flexibles, por lo que es natural que todo se colapsase, empezando por los transportes en origen, China, sin camiones y terminales congestionadas. A ello se sumó el tapón del EVERGIVEN, que alteró los schedules de cientos de buques. El efecto pernicioso de tener tanto barco atrapado a cada lado del Canal de Suez duró meses en aliviarse, pero entretanto, los subsidios COVID-19 del gobierno americano redundaron en un auge del consumismo de manera generalizada en EEUU, generando congestión en los puertos tanto de costa oeste como este. Otra vez problemón al quedarse el equipo vacío sin poder reponerse a origen para poder volver al ciclo, por lo que podemos esperar fletes altos una temporada este 2022 con gran probabilidad.


El desmesurado consumismo que estamos viviendo puede verse cortado de golpe ante las tensiones políticas internacionales. Rusia puede invadir Ucrania, China asegura que Taiwán le pertenece, EEUU roba el contrato de submarinos de Australia a Francia, Reino Unido está de BREXIT, Argelia nos corta el gas natural, etc. Esperemos que en este 2022 no estalle ninguna de estas ollas a presión, dado que cualquiera de ellas parece crítica y terminal. Para más INRI, encima tenemos la Sexta Ola de coronavirus en casa, Omicron en este caso, que parece nos va a acabar tocando a tod@s sin perdón.


Entre los gurús logísticos hay diversidad de opiniones sobre cómo a va desarrollarse el 2022, desde año difícil de resiliencia, a año de recuperación, hasta gran año extraordinario… todo depende del cristal con el que se mire. Parece que para terminales y navieras seguirá siendo muy productivo, para la distribución también parece buen ejercicio, pero para los cargadores quizás no tanto. El problema de esta ecuación es que si los cargadores sufren, el volumen disminuye y por ende la demanda decae. Todo ello envuelto en una inflación galopante que ningún estado es capaz de manejar, todo sube en todo el mundo. Esa fórmula sí es sencilla de comprender, si suben las materias primas, la energía y el transporte, pues, irremediablemente, sube el precio de venta ¿no es algo lógico? No hace falta ser licenciado en Economía para darse cuenta si se piensa en ello, pero como nos tienen acostumbrados a dejarnos llevar y dejamos de ver la realidad que se nos avecina, esperemos que el 2022 salga excelente, sin nuevos problemas globales, sanitarios, comerciales, políticos, de cadena de suministro. Que sea un año en el que podamos seguir la estela de la digitalización, innovación y mundo cambiante en el que vivimos, eso sí, sobretodo debemos cuidar del planeta Tierra, esforzarnos a diario en nuestros quehaceres, disfrutar de la vida y tener fe, para que el 2022 pueda ser un gran año.

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