​Packing vs Packaging

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Envolver, proteger o empaquetar, hoy en día, ya no es lo mismo, ni lo será en los años venideros… Packing y Packaging no son la misma cosa.

En la decadente era industrial en la que vivimos inmersos, transicionando con la nueva era digital, todos los productos alimenticios, bazar o e-commerce son servidos en unidades de consumo individual/familiar de manera generalizada, y ellos requieren un empaquetado acorde con la necesidad/coste. Papel, cartón, vidrio, madera, plásticos diversos o lo que sea. Lo que queda patente es que un packaging y/o packing deficientes arruinan la fórmula. Por muy ganador el producto que se ofrezca, si el envoltorio no es el adecuado se pierde eficiencia comunicativa, la cual confiere la imagen del producto servicio en las mentes humanas. Tratándose de una de las partes menos valoradas del marketing clásico, hoy por hoy envolver las cosas adecuadamente ayuda a vender el mensaje, concepto, producto o servicio. Aquí, en La Palma y en Pekín.

En el país, claramente deficiente en estructura e infraestructuras, el gobierno actual parece tirar cohetes o balones fuera con señuelos diversos, que tratan de distraernos de las cosas realmente importantes. Sí, somos el primer estado en recibir aprobación de los 140mil millones de €urochollos asignados a España de la UE, ¿pero a qué coste? ¿Fletar decenas de vuelos a Afganistán?, ¿Enviar refuerzos militares al Canal para ayudar a los BREXITs y franceses de Calais?, ¿Alcanzando el récord de deuda pública alpinamente?, ¿Con 22 ministerios y sus respectivos ministros? ¿o…? Es indiferente el envoltorio con el que nos pretendan vender la moto, no compramos ni DERBIs, MONTESAS, BULTACOs, OSSAs ni RIEJUs a esta gente que ostenta las riendas del poder de la administración central, o no deberíamos, por muy españolas que sean o fueren.

El coste de la vida sube inexorablemente a nivel global. Desde el inicio de la pandemia, sector a sector, se ha ido viviendo un escenario desconocido, marcado por la ruptura de las cadenas de suministro (SCM), seguidas por el incremento de costes logísticos, energéticos y de materias primas/intermedias. Es obvio. Todo sube, pero los sueldos no tanto, entonces, nos empobrecemos. En la sociedad actual, las cosas no valen lo que pagamos y puede que si no reforzamos las estructuras, acabemos pagándolo tod@s en el corto/medio plazo. Desindustrialización sumada a deslocalización no son deseables ni para el peor país rival, pero claramente es lo que estamos padeciendo, sin plan B. Por muy precioso envoltorio, packaging o proceso de empaquetado, no deberíamos dejarnos seducir por ese marketing político de la vieja guardia. Se plantean retos importantes para implantar la archi-renombrada Economía Circular, aprobar la nueva ley de residuos y lograr que en 2030 todos los envases en circulación sean reciclables o reutilizables. Ahí es nada. El cambio es cosa de tod@s, pero es posible y resulta necesario.   

Están desapareciendo las tiendas, los puestos de trabajo, la gente compra por internet. Los bancos, el dinero, solo con tarjeta. No hay atención, todo se eterniza, nada se resuelve, parece que de repente todos se hayan vuelto retrasados, dependientes del teléfono y de la informática, con lo cual se destruyen las relaciones humanas esenciales para la convivencia. Vamos a ver cosas muy duras… M.T.Riera.

Entre el galopante cambio climático, el COVID-19, las tensiones chino-ruso-americanas y el desgobierno del estado central, ya casi resulta igual el envoltorio que se nos venda, mejor tratar de disfrutar del día a día y ponernos la manta encima. Olé.