El camino hacia la descarbonización agita el mercado energético

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Crisis energética en Europa y Asia con los precios del gas disparados. Problemas de suministro y distribución de combustibles en Reino Unido. Acuerdos multilaterales de compra de gas con Argelia para garantizar la producción de electricidad en España. India y China con dificultades de suministro de carbón para sus servicios públicos. Las materias primas están adquiriendo un papel determinante y las iniciativas de descarbonización, incluso de China, están revolucionando los mercados y las cadenas de suministro.

La escasez de productos energéticos ha desembocado en un mayor control de las reservas estratégicas por parte de las grandes potencias. Resultado, los precios del Oil & Gas se han disparado a cifras que no se observaban desde mucho antes de la pandemia. La proximidad del invierno agravará este escenario. Como en todas las situaciones de inestabilidad, unos salen favorecidos en perjuicio de otros. Las cadenas de producción sufren los elevados costes de la energía. Sin embargo, el transporte marítimo de productos energéticos remonta el vuelo. Suben de nuevo los fletes para graneles líquidos y secos, salen perjudicadas sin embargo las cadenas de suministro. Así, el flete de un buque tipo Capesizes ha alcanzado los 69.000 dólares día, mientras que un Panamax unos 32.000.

Capesize

Hay quien se pregunta, con buen criterio, si esta ralentización en la producción de las grandes potencias debido a los elevados costes de la energía, puede contribuir a la descongestión de los puertos, para así equilibrar de nuevo los mercados y las cadenas de suministro. En mi opinión no. Se ha llegado a una situación muy favorable para el sector naviero, con unos elevados costes de fletamento, altas tasas de retorno y resultados récord. Este panorama no revertirá con facilidad y a corto plazo, sobre todo a juzgar por los nuevos “Blank Sailing” anunciados esta misma semana por las grandes navieras.

Se ha producido un importante punto de inflexión ambiental, en el momento en el que se ha limitado drásticamente el uso de carbón térmico, por parte de grandes consumidores para cumplir con los programas de reducción de emisiones. Esta situación ha disparado el precio spot del gas natural y consecuentemente el precio de producción de la energía, sobre todo en aquellos países que no contaban con un mix energético adecuado. El coste en septiembre de la unidad térmica británica (MMBtu) duplica al de agosto.  Los fletes de gaseros oscilan entre los 200.000 y 350.000 dólares diarios. Para protegerse de estos precios, se demandan contratos a largo plazo con costes preestablecidos. La situación está ralentizando y encareciendo las cadenas de producción, empujando los mercados hacia una situación de estanflación.

La subida de los precios del gas, también está provocando escasez entre los países consumidores con menos recursos, que tienen que proveerse de petróleo. Los precios del oro negro suben esta semana y con ello toda su estructura y transporte.

Los países exportadores de gas aprovechan la coyuntura para alinearse en su estrategia con grandes consumidores de gas natural y navieras de GNL. Estos días Qatar, el mayor productor mundial de gas natural licuado, se sumaba a la tendencia hacia la transición energética experimentando récord de ventas. Ha reducido sus costes de producción con un gas muy fácil de obtener pulverizando a sus competidores. Su mayor cliente es ahora China, sobre todo después de las tensiones geopolíticas que el gigante asiático mantiene con Australia y EE.UU, los otros dos grandes productores de GNL a nivel mundial.

Hecho cierto, es que la actual explosión de la demanda, podría impulsar definitivamente la explotación de otras reservas como las de gas subsaharianas, aun con cierta dificultad, por la falta de infraestructuras adecuadas para ello. Pero de seguir al alza el mercado del gas como elemento energético esencial en este periodo de transición hacia las renovables, los recursos africanos pueden ganar en relevancia y con ellos todas las regiones del entorno.

Se acerca el invierno y la bajada de temperaturas y los países tendrán que abastecerse de una manera o de otra. La iniciativa europea “Fit For 55” no andaba desencaminada, pero llega tarde, porque la demanda supera de largo a la oferta. La única salida, una carrera desenfrenada hacia las renovables y combustibles verdes para no seguir llegando tarde al futuro.