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La solución al brexit duro se llama Zona Franca

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Puerto de Southampton 

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Convertir puertos y aeropuertos en zonas de interés económico especial con baja fiscalidad, es el siguiente paso de Reino Unido para su relanzamiento económico tras el Brexit y así recuperar el control del escenario comercial. Serían inicialmente 10 infraestructuras las que se designarían para ostentar la calificación de puertos francos, reforzando así el discurso de los partidarios de la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Instalaciones propuestas como la de London Gateway, otras siete en Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte y Gales. Esta estructura facilitaría la creación de hubs nacionales para el tráfico de mercancías, así como un impulso a la innovación y comercio, recuperando la economía de regiones ahora afectadas por la salida brusca de la UE, creando empleo y propiciando el crecimiento de la economía nacional.


Aunque de momento el tránsito de camiones se ha incrementado especialmente entre el enclave francés de Cherburgo y los puertos irlandeses de Dublín y Rosslare, tratando de evitar las escalas británicos, en este momento colapsados y con problemas aduaneros. De hecho, el tráfico de salida desde Cherburgo con destino a Irlanda se ha triplicado, siendo utilizado incluso por camioneros procedentes de España.


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Puerto de Londres


La cámara de los diputados de Reino Unido aboga por una estrategia de instalaciones libres de aranceles para la entrada de productos y que solo se graven en los puntos de exportación. El gobierno británico también ofrecería una reducción de las cuotas de la seguridad social a las empresas empleadoras, créditos blandos para proyectos I+D, una reducción de tasas, así como una mejora de los sistemas de planificación y gestión. Sería la manera de incentivar estos nuevos nodos de distribución, dotándolos de la máxima competitividad frente a otros puntos europeos.


La fuga de empresas e inversiones preocupa al Reino Unido que trata por todos los medios de ponerle freno. Paralelamente, Escocia ha anunciado su propia política de implantación de zonas económicas especiales, denominadas “puertos verdes”. Serán objeto de desgravaciones fiscales y aduaneras, aunque deben comprometerse, al estilo europeo, con el crecimiento sostenible y la reducción de emisiones.


¿Serán los puertos francos la respuesta para la nueva etapa y recuperación post-Brexit de Reino Unido? La consolidada estructura comercial europea, así como las alianzas prestablecidas de las que ahora se descuelga el Reino Unido no lo facilitarán. Sin embargo, el comercio entre Reino Unido y los países de la Commonwealth se podría ver reforzado, exento de los estrictos controles europeos y potenciado con las nuevas medidas fiscales de los puertos francos británicos.


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Mapa de los 54 estados integrantes de la Mancomunidad de Naciones "Commonwealth"


En el ámbito marítimo habrá que evaluar lo que supondrá el desplazamiento de algunos de los centros de negocio actuales del Reino Unido a los futuros nodos francos. Líneas hasta el momento consolidadas, algunas con origen en el norte de España, podrían verse forzadas a cambiar sus destino. En referencia a futuras conexiones entre zonas francas de diferentes estados, está por ver si ello puede ser otro elemento motivador para las operaciones entre puertos.


El sector industrial británico, consciente de los riesgos de la etapa actual, ya se ha posicionado claramente a favor de la medida, creando un grupo de presión que expone hasta 33 posibles puntos de interés económico, combinando para ello intereses públicos y privados. Este grupo incluiría 17 propuestas en Inglaterra, 8 en Escocia y 4 en Gales e Irlanda del Norte.


El Reino Unido apuesta por las zonas francas como elemento dinamizador y como solución para recuperar su estructura de intercambios comerciales, compitiendo a priori con sus antiguos socios tras un Brexit difícil. Si algunos de estas infraestructuras optan a las exenciones descritas, en combinación con aeropuertos cercanos, combinando diferentes modos de transporte, como es el caso, tendremos ante nosotros nuevas y atractivas alternativas de conexión logística.


El caso de UK debe ser analizado en un contexto más amplio. El gobierno británico ha entendido que el tamaño de las infraestructuras no es factor único y determinante a la hora de competir. En tiempos de covid-19 se precisa de algo más. Sin ir más lejos, el sistema portuario español presenta una gran disparidad de resultados en 2020 entre sus instalaciones. Obviamente es importante disponer de instalaciones modernas y con amplitud suficiente, pero hablamos también de multimodalidad, de incentivos fiscales, exenciones, competitividad, sostenibilidad, amplitud de servicios, agilidad en la gestión, reducción de esperas, digitalización y, sobre todo, una gran capacidad de adaptación a los constantes cambios para no llegar tarde al futuro. La combinación de estos factores marca la auténtica diferencia y si no permítanme sugerir un repaso a los últimos resultados anuales de tráfico en los puertos españoles.

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