Previo a la propuesta de reforma de los corredores TEN-T de España, la red ferroviaria tenía unos 4.600 kilómetros, destacando el Corredor del Atlántico con unos 2.026 km, el tramo costero mediterráneo (a su paso por Valencia) con 1.412 km y el tramo central mediterráneo (Madrid) con 1.164 km. Con la propuesta de reforma del 2018, el Corredor del Atlántico se amplía a 3.356 km, mientras que el Corredor Mediterráneo (entre las dos secciones) no se amplía ni un solo kilómetro.
La sección Valencia-Madrid (La Encina-Alcázar de San Juan) supera otras secciones propuestas incluidas y aceptadas por la Comisión en términos de impacto, tanto del PIB como de la población. Esta sección presenta la mayor concentración del PIB de España en un radio de 400 km. Si vinculamos esta sección con la alineación Madrid-Lisboa-Sines incluida en el Corredor Atlántico, la población y el potencial del PIB se dispara con referencia a las otras secciones.
Si analizamos el tráfico portuario, el tráfico asociado a esta alineación implica más del 40% del tráfico total de contenedores en la Península Ibérica, uniendo las principales áreas portuarias tanto en el Mediterráneo como en la costa atlántica de la Península.
La conexión Valenica-Madrid-Lisboa es el eje natural este-oeste que atraviesa la Península Ibérica, uniendo el Mediterráneo Occidental con el Océano Atlántico y tres de las zonas económicas más activas del sur de Europa. También ofrece una mejora de la conectividad de Portugal con el área mediterránea.
El valor añadido europeo de incluir esta sección dentro del plan del Corredor se demuestra a través de su contribución a los objetivos de la red TEN-T para España y Portugal, y en particular por su potencial colaboración con la política de descarbonización del transporte, al poder aprovechar los servicios de transporte marítimo de corta distancia que ofrece el Puerto de Valencia.
En términos geoestratégicos, el eje Valencia-Madrid-Lisboa es de suma importancia como opción alternativa al Estrecho de Gibraltar, principal enlace entre el Atlántico y el Mediterráneo. La necesidad del control de este enlace es reconocida en términos de defensa.
El corredor ferroviario de mercancías entre Valencia y Madrid ya es el más activo de toda la Península Ibérica y por el circulan unos 150.000 TEU anualmente. Su inclusión conlleva reconocer esta realidad y su potencial para convertirse en el protagonista principal en el desarrollo de la Red TEN-T en la Península.
El Puerto de Valencia es el primer puerto de contenedores de la Península Ibérica (y el quinto de Europa) y, actualmente, está renovando su infraestructura ferroviaria para adaptarla a las normas de la Red TEN-T Básica y conectarse con el resto de la Red antes del 2030. La coherencia de la red requiere su conexión directa con los principales nodos logísticos del mapa del Corredor, como es el caso de Madrid.
En el estudio del Corredor Mediterráneo de diciembre de 2014 ya figuraba esta sección como propuesta para ser incluida para conectar ambas ramas del Corredor Mediterráneo.
Para hacer posible la conexión de mercancías entre Valencia y Madrid en ancho UIC (en el futuro) solo sería necesario incluir el sector Encina-Alcázar de San Juan (209 km), ya que el resto de la alineación está incluida en uno de los dos tramos del corredor. No incluirlo implica generar un “eslabón perdido” en términos de prioridad europea para esta sección.
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