Los estibadores portugueses anuncian una huelga de 24 horas por prácticas antisindicales en los puertos

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Los motivos aducidos por los estibadores para la convocatoria de está huelga son la creciente proliferación de prácticas antisindicales en los distintos puertos portugueses, especialmente graves en los puertos de Leixões y Caniçal, que se traduce en una mayor precarización del trabajo

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El Sindicato Nacional dos Estivadores, Trabalhadores do Tráfego, Conferentes Marítimos e Outros, ha convocado una huelga de 24 horas en los puertos de Lisboa, Setúbal, Sines, Figueira da Foz, Leixões, Caniçal, Ponta Delgada y Praia da Vitória, desde las 80:00 horas del viernes 27 de julio hasta las 8:00 del sábado 28.

La huelga implicará, tal como relata el sindicato "a todos los trabajadores portuarios efectivos y también a los que tengan un vínculo contractual de trabajo portuario de duración limitada, cuyos empleadores sean ETP o empresas de estiba en actividad en dichos puertos", y afecta a "todas y cada una de las operaciones de carga o descarga, o el simple movimiento de mercancías, en el barco o fuera del mismo", que se lleven a cabo en la zona de la zona de la jurisdicción de cada puerto, independientemente de la entidad responsable de las operaciones y cualquiera que sea la condición contractual de los respectivos trabajadores

Los motivos aducidos por los estibadores para la convocatoria de está huelga son la creciente proliferación de prácticas antisindicales en los distintos puertos portugueses, especialmente graves en los puertos de Leixões y Caniçal, donde las empresas portuarias de estos puertos, en muchos casos, según el sindicato estatal, en connivencia con los sindicatos locales, inducen una serie de conductas que constituyen diferentes tipos de acoso, desde la persecución a la coacción, desde el soborno a la discriminación, desde amenazas de despido hasta chantaje, comportamientos "criminales" que quieren no sólo enfrentar a los trabajadores, sino obstaculizar su derecho a la organización y unión sindical.

Estos comportamientos ilegítimos por las empresas, a menudo por el beneficio privado de algunos agentes sobre el terreno en la costa de la calidad y la productividad de los servicios prestados en los puertos , se traduce en una mayor precarización del trabajo, con todos los aspectos negativos asociados a ella, tales como la falta de una formación adecuada y, en consecuencia, el fuerte aumento de las tasas de accidentes que pone en peligro no sólo a sí mismos, como el conjunto de los trabajadores portuarios, equipos, instalaciones e incluso barcos y tripulaciones involucrados.