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IDC:International Dockworkers Council

Derechos de los refugiados

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Hoy en día vemos como la sociedad vive inmersa en una vorágine de movimientos transoceánicos nunca visto hasta ahora, fruto de una globalización insaciable, que habiendo intereses de por medio no duda en mover cielo y tierra para conseguir sus objetivos o, mejor dicho, los intereses de algunos o algunas pocas empresas.


Desde IDC sabemos bien de qué hablamos: movimientos en gobiernos corruptos que, en el ejemplo de las navieras o operadoras portuarias no dudan en emplear todas sus armas para cumplir con sus objetivos. Decretazos o leyes que se cambian en horas cuando hay un resultado ostentoso, aún en detrimento de su ciudadanía.


El resultado: globalización, oportunidades “para todos” y sobretodo, miseria para muchos. Y entonces hablamos de derechos. Derechos que hay que defender a diario. Derecho a la vivienda, derecho al trabajo, derecho a la sanidad, ….y el derecho a la vida? Es un derecho discutible? Negociable? Aquí es donde se aprecia la doble vara de medir.


A diario vemos como cientos de inmigrantes se juegan la vida para conseguir una vida mejor, aunque para muchos esa misma vida pueda ser una pesadilla. Es el fruto de la desesperación.


Niños ahogados en la orilla de la playa. Barcos llenos de gente dando vueltas sin poder tocar tierra.


Hasta cuándo Europa debe tolerar ésto? Se trata de refugiados que huyen de su origen por necesidad. Europa no puede seguir mirando hacia otro lado. Aún más cuando episodios similares pasaron en un periodo no muy lejano, con millones de ciudadanos europeos huyendo de la guerras, que sí fueron acogidos, incluso en otros continentes. Parece que a veces la memoria nos juega malas pasadas. Sí, a la vieja Europa, la de las democracias y el bien estar.


¿Lo que sí vale para las mercancías no sirve para las personas?

Las políticas migratorias se rigen solamente por el color de la piel o por la religión, eso sí, solamente para los “no ricos”. Todos aquellos huyendo de África son negros, los que intentan entrar en Norte América son morenos, por cierto, en América, donde su presidente hijo de una inmigrante Escocesa y casado con una Checoslovaca, ambas blancas, se dedica a separar a los niños de sus padres para intentar frenar lo que no ha conseguido un muro.


En Australia, donde buques llenos de inmigrantes son rechazados océano adentro por el mero hecho de pertenecer a una religión distinta a la suya, quedando a merced de su suerte a medio camino de su origen y su destino, en la llamada “división política”.


IDC, en nombre de todos sus afiliados, quiere expresar su repudio a las políticas gubernamentales que niegan asilo a los refugiados y ponen en peligro la vida de seres humanos en busca de una vida digna.


Desde nuestra posición como Consejo, animamos a organizaciones y entidades que velan por los derechos de los trabajadores a repudiar estas acciones e instar a los gobiernos a trazar un plan donde estas personas sean tratadas con dignidad. No es justo tratarles como “el problema” cuando el problema real es el que les empuja a marcharse. Allí es dónde se debe actuar; con firmeza.

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