En el extremo del dique de abrigo de Sant Feliu de Guíxols se ha arreglado la baliza verde y se están construyendo los bloques de hormigón que darán seguridad y estabilidad a la estructura, con un coste de 1,7 millones de euros.
Cítricos, hortalizas y producciones acuícolas figuran entre los sectores más afectados por el temporal.