La recarga sin cables elimina la conexión eléctrica física entre el buque y el muelle, permitiendo operaciones de conexión y desconexión más seguras para el personal de tierra. Además, reduce el mantenimiento, ya que no se produce desgaste de las conexiones.
Están en estudio varios proyectos de los cuales cabe mencionar un granelero Capesize propulsado por GNL y un ferry híbrido enchufable, de gran porte.