Tal como adelantó en grupo SpanishPorts-CanaryPorts, el futuro de Trasmediterránea atraviesa una delicada situación debido a la imposibilidad de afrontar las cuantiosas deudas que mantiene. En palabras del sindicato "silencio, desconocimiento o verdades a medias son las respuestas de Armas a la representación legal de los trabajadores"
La compañía naviera que se denominaba a sí misma como Grupo Armas Trasmediterránea reniega de Trasmediterránea para salvarse de lo que aparementemente es una quiebra técnica que le ha llevado a buscar la financiación de fondos buitre a los que entregará los activos de la que fuera el buque insignia de las navieras españolas, si fuera necesario.
Las dificultades financieras obligan a la compañía a poner en marcha todo un entramado de ingeniería financiera para salvar sus activos. La compañía alcanza un acuerdo 'standstill' o 'forebearnace' con sus principales bonistas, como primer paso para llegar a un acuerdo de refinanciación de la deuda antes de final de año. Asimismo, los bonistas estudian la posibilidad de inyectar liquidez al objeto de superar la crisis generada por el Covid-19.