Fallece Enrique de Sendagorta Aramburu, fundador y Presidente de Honor de Sener, y Presidente de la Fundación Sener

El 5 de enero de 2018 fallecía en Madrid, a los 93 años de edad, Enrique de Sendagorta Aramburu. Nacido en 1924 en la villa vizcaína de Plencia en una familia de larga tradición de marinos y empresarios, se formó como doctor ingeniero naval y comenzó su carrera profesional en los astilleros de la Sociedad Española de Construcción Naval.

En 1956 nació de su mano SENER, la más veterana de las ingenierías privadas españolas. En 1961 sumaría a la misma a su hermano José Manuel, quedando ambos como socios paritarios. Posteriormente, en 1986, se incorporaría a la dirección su hijo Jorge, asumiendo Enrique la Presidencia de la empresa, que mantuvo hasta el año 2000. Desde entonces ha sido Presidente de Honor y Presidente de la Fundación SENER. Hasta octubre de 2017 nunca faltó a una reunión del Consejo de Administración o el Patronato.

Enrique de Sendagorta se refería al inicio de la aventura empresarial que fue la creación de SENER comparándola con la entrada en una selva alta en la que aquellos primeros equipos se fueron abriendo camino. Se asumían riesgos importantes, pero con la confianza del saber hacer, siempre con la idea del servicio a los clientes y a la sociedad en primer plano, con altura de miras y sana ambición de hacer bien las cosas, con gran tenacidad y espíritu deportivo. En la España de los 50 la ingeniería era muy necesaria, pero no una práctica muy extendida. Faltaba tejido tecnológico e industrial, las carencias en materiales, equipos, tecnología e investigación se resolvían recurriendo al exterior.

SENER surge así del impulso de un hombre que supo ver la gran oportunidad para desarrollar su vocación como ingeniero y a la vez servir a su país. Que combinó su capacidad de conocer y aplicar pragmáticamente los últimos progresos técnicos con sus vivencias internacionales y su convicción de que España debía elevar sus capacidades tecnológicas en un contexto de colaboración con clientes y aliados de los países más avanzados.

SENER ha sido siempre una empresa de referencia internacional en los campos más avanzados de la ingeniería y la tecnología, gracias a esa forma de hacer basada en reunir el talento de los equipos profesionales mejor preparados, un enriquecimiento tecnológico constante, un acercamiento multidisciplinar a los proyectos y una cultura fuertemente arraigada. Cultura que se centra en el servicio, la calidad y la independencia, y se sustenta sobre sólidos valores éticos y empresariales.

Historial empresarial de Enrique de Sendagorta

El historial de Enrique de Sendagorta trasciende a su vocación de ingeniero y a la que siempre consideró como su principal obra: SENER.

Así, además de sus estudios superiores en la Escuela Especial de Ingenieros Navales de Madrid, donde terminó la carrera en 1947 y obtuvo el doctorado en 1948, cursó un programa de perfeccionamiento para altos directivos de empresa en el IESE, en la primera promoción de Madrid, en 1975.

En su primera etapa profesional en el astillero de Sestao (Vizcaya) de la Sociedad Española de Construcción Naval fue primero jefe de la Oficina Técnica de Motores y Maquinaria, trabajando también un año en Winterthur (Suiza) para desarrollar una alianza tecnológica con Sulzer. Dirigió posteriormente la Oficina Técnica de Buques. En estos años desplegó una intensa labor incorporando muchos avances tecnológicos y desarrollando importantes colaboraciones internacionales.

Entre 1955 y 1958 fue socio fundador de las firmas vizcaínas Itasa e Indunaval. En 1959 fundó y dirigió Construnaves, una asociación de todos los astilleros españoles para desarrollar una acción comercial concertada en el exterior, lo que le exigió largas estancias en países de Sudamérica.

Entre 1960 y 1963, fue Director General de Comercio Exterior y posteriormente Director General de Expansión Comercial en el Ministerio de Comercio. Durante este período y años siguientes fue también Presidente de la Comisión de Bienes de Equipo del Plan de Desarrollo Español y vocal del Consejo de Junta de Energía Nuclear. Ocupó los cargos de consejero del Instituto de Crédito a Medio y Largo Plazo, del Banco de Crédito Industrial, de las compañías oficiales de Seguros de Crédito a la Exportación y de varias otras entidades estatales.

Desde 1963 a 1969 fue Consejero Director General de la Sociedad Española de Construcción Naval, con factorías en Sestao, Reinosa, San Fernando y Puerto Real (Cádiz) y Santander. Fue consejero de Ybarra y CIA., Naviera Artola y Marítima del Norte.

Participó activamente en la promoción, fundación, construcción y arranque de la refinería de petróleo de Petronor en Somorrostro (Vizcaya), siendo el primer Presidente Ejecutivo de esta sociedad desde 1968 hasta 1976.

En enero de este año se incorporó al Banco de Vizcaya como Consejero Delegado. Fue nombrado Vicepresidente del Consejo de Administración de dicha entidad en noviembre de 1978. Desde enero de 1983 fue Presidente del Banco de Financiación Industrial (INDUBAN) y el Banco de Comercio, filiales del Banco de Vizcaya, hasta su fusión con el Banco de Bilbao. Siguió como Consejero del BBV hasta 1995.

Siempre fue muy grande su vinculación con la Universidad de Navarra y presidió durante muchos años su Instituto de Empresa y Humanismo, del que todavía era Presidente de Honor.

Una reconocida trayectoria

A lo largo de su vida ha recibido, entre otras, las siguientes distinciones: Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial (2014), Medalla de Miembro de Honor del Instituto de la Ingeniería de España (2014), Premio Nacional a la Trayectoria Innovadora del Ministerio de Ciencia e Innovación (2011), Premio Ingenia de la Escuela de Ingenieros de Bilbao (2004), Premio de la Asociación de Ingenieros Navales a la mejor trayectoria profesional y social (1999), Gran Cruz del Mérito Naval (España, 1965), Verdienstkreutz mit Stern (Alemania, 1963) y Cruzeiro do Sul (Brasil, 1962).

En su discurso durante la concesión del Premio Nacional a la Trayectoria Innovadara, Enrique de Sendagorta señalaba: “El crecer exige huir de la rutina y crear un clima propicio a la mejora y la creación permanente, exige ascender al plano superior del espíritu indagador, informado y comunicativo, que pregunte en todo qué podríamos hacer mejor o qué podríamos cambiar para hacer nacer lo nuevo”. Y finalizaba: “Para crecer, el camino más firme es el de hacernos mejores. Esto mismo nos hemos dicho una y otra vez en nuestra empresa SENER, desde su fundación”.