​Bienvenido Mister Marshall

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En blanco y negro recuerdo la película de Berlanga que narraba con comicidad e ironía las vivencias de un típico pueblo español, en época de posguerra, ante una visita de diplomáticos estadounidenses.

En el escenario en el que se desenvuelve la trama de la obra, el “interés españolito” por deslumbrar y agradar a los americanos, que desembarcaban en Europa bajo el Plan Marshall, era claro y de cierta relevancia, dado que era de vox populi que los americanos planeaban inyectar dólares, créditos y productos. Dar la mejor de las imágenes era importante para el Sr. alcalde de Villar del Río, que esperpénticamente decora el pueblo, viste al populacho de flamenco y hasta preparan solicitudes personales de cada habitante del pueblo para los americanos. Muy entretenido y esperanzador, hasta que la comitiva pasa de largo sin parar y no regresa. Cara de tontos, y encima a pagar los gastos de la fiesta.

Pues últimamente hay ese feeling cuando tratamos de quedar bien fletando decenas de vuelos desde Afganistán y estableciendo Torrejón como base de operaciones yankees. Pues Biden ni menciona a España en los agradecimientos a los países europeos que les apoyaron en la “huida de Kabul”. El otro día, E.E.U.U. nos asignó la categoría de país de alto riesgo de COVID-19, con lo que vuelven a no venir los americanos, o a pasar de largo… con lo que les necesitamos y a sus inyecciones también. Una estructura país basada en el turismo y ocio, sin turistas, precisa de acción firme y plan B, cosa de la que parece carecer el desgobierno actual. Gastar sin tener, y esperar ayudas externas para sobrevivir no resulta buen plan. El despilfarro público es evidente y desmesurado, pero parece que seguir engordando la deuda pública no es problema alguno. Ya estamos en 1,4 BILLONES de Euros y no parece que vayamos a aminorar, sino más bien seguir a seguir batiendo records.

Ahora parece que Omicron es cosa fina, muy contagiosa y empezamos a ver caer a demasiada gente de la vida pública española, futbolistas, tenistas, equipos de baloncesto, políticos, actores, ¡hasta Rafa! No es buena imagen exterior para atraer al turismo, pero como todos están fatal, pues esperemos pasar desapercibidos y todo esto pase rapidito. La verdad que ver países desarrollados que han vuelto a establecer confinamientos y endurecimiento de restricciones, la cosa parece seria. Vaya, en Nueva York te pagan $100 si te vacunas… aquí no estamos como para pagar por vacunar, pero cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar.

Estamos en fechas festivas, reuniones familiares, amigos, regalos y comilonas. Esta campaña navideña estaba recuperando cifras de negocio superiores al año pasado en todos los estamentos, comercio tradicional, cestas navideñas, hostelería; ésta última va a sufrir de nuevo las calamidades padecidas en el año pasado de pandemia, pero debería ser aceptado que debemos volver a concienciarnos del peligro que volvemos a tener con Omicron. La pregunta del millón es si resulta ético exigir certificados de vacunación, PCRs o pasaportes, cuando hay un cacao maravillao con las vacunas todavía. ¿La tercera dosis de refuerzo, otorga 9 meses de validez? ¿Sólo valen las americanas? ¿Qué nos están inoculando en nuestros cuerpos? En fin, no dejen de pincharse si les llaman del ambulatorio, a ver si Mr. Pfizer va a pasar de largo como Marshall.