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Una investigadora de la ULL participará en un programa europeo de capacitación sobre economía azul

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ULL   Nathalia Nocchi 07

Fotos: Emeterio Suárez (CC BY 3.0)

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El objetivo de este proyecto es la mejora de la cooperación transnacional y las sinergias entre los actores involucrados en la triple hélice (academia, empresas y administración), para fomentar la innovación y la competitividad en el apoyo de la Economía Azul en el Espacio Atlántico

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La investigadora del programa Agustín de Betancourt de la Universidad de La Laguna, Nathália Nocchi, ha sido seleccionada para participar en un programa de capacitación de economía azul desarrollado en el marco del proyecto europeo EMPORIA4KT, que será impartido el próximo año. Dicho proyecto está financiado a través del Interreg Atlantic Area con catorce socios de cinco países diferentes, y su objetivo es impulsar las economías marinas y costeras europeas maximizando el impacto de la investigación. En febrero de 2021 comenzará su vertiente formativa a través de una serie de talleres on-line.


Nocchi apunta que el objetivo de este proyecto es la mejora de la cooperación transnacional y las sinergias entre los actores involucrados en la triple hélice (academia, empresas y administración), para fomentar la innovación y la competitividad en el apoyo de la Economía Azul en el Espacio Atlántico. “Es una oportunidad de potencializar la transferencia de mi proyecto Agustín de Betancourt”, señala la investigadora, que está financiado por el Cabildo de Tenerife.


La investigadora ha sido seleccionada para participar en esta formación dado que su proyecto dentro del programa de Agustín de Betancourt, “Metabolómica y Quimiometría: herramientas eficientes y eficaces para el estudio biotecnológico de la diversidad química de productos naturales de la microbiota marina”, entronca perfectamente con lo que es la economía azul. En él se evalúa el potencial biotecnológico y la quimodiversidad de los microorganismos marinos por medio de la bioprospección, enfocado en la explotación de los biorecursos marinos y la valorización de sus productos naturales para el mercado global de la biotecnología marina.


La experta explica que los productos naturales, también conocidos como metabolitos secundarios, son pequeñas moléculas producidas por microorganismos, plantas y animales que destacan gracias a su gran diversidad estructural y grados de complejidad, propios de los variados orígenes biosintéticos de los que proceden, convirtiéndose así en estructuras privilegiadas con potentes y prometedoras bioactividades.


La naturaleza es una fuente prolífica de diversidad química, por lo que la flora y fauna terrestres han sido uno de los principales reservorios de productos bioactivos a través de la química de productos naturales. Sin embargo, el ambiente marino, que cubre aproximadamente el 70% de la superficie del planeta, tiene circunstancias ecológicas únicas que se manifiestan en su enorme biodiversidad adaptada a sus condiciones extremas y a sus entornos competitivos. Debido a la presión de selección, los organismos marinos producen una enorme diversidad química como mecanismos de defensa para su exitosa supervivencia. Esto hace del mar un nicho prolífico para el descubrimiento de nuevas y prometedoras entidades químicas con un alto potencial biotecnológico.


Entre la biodiversidad encontrada en el ambiente marino, los microorganismos como bacterias, cianobacterias, levaduras, hongos y microalgas, muchos aún desconocidos, son clave fundamental para el funcionamiento del ecosistema marino y el mantenimiento de la vida. Además, representan un recurso poderoso para producir una impresionante variedad de estructuras únicas con una amplia variedad de actividades biológicas, tales como agentes antimicrobianos, antitumorales, antiinflamatorios y antiparasitarios. Por tanto, hay un gran potencial para identificar nuevas entidades químicas como fuentes de nuevos compuestos y su posible explotación biotecnológica.


“No hay dudas de que los microorganismos marinos son una fuente prometedora, poco explorada e inagotable para satisfacer la demanda de nuevos fármacos, así como resolver problemas ecológicos y de contaminación ambiental”, reflexiona Nocchi. A esto hay que añadir la ventaja de ser una fuente sostenible, renovable y manipulable, que permite su fermentación a gran escala para obtener sustancias de interés farmacológico o industrial a un coste muy razonable.


“Teniendo en cuenta esta premisa, mi proyecto tiene por objeto disponer de una batería de extractos y de productos de ambientes marinos profundos, singulares y extremos con bioactividad y potencial de explotación biotecnológica a nivel industrial y con potencial para la industria farmacéutica. Implica un enfoque multidisciplinario que incluye el desarrollo de un procedimiento de análisis novedoso y apropiado para la clasificación predictiva y búsqueda de nuevos y conocidos compuestos bioactivos en mezclas complejas, combinando avanzadas técnicas analíticas de metabolómica y técnicas quimiométricas.


Para ello se pretende explorar y aprovechar el potencial biotecnológico de la microbiota marina de Canarias con el objetivo de identificar nuevas cepas microbianas y también cabezas de serie para el desarrollo de compuestos de alto valor añadido para la industria farmacéutica, compuestos susceptibles de convertirse en potenciales agentes terapéuticos o herramientas biológicas.


Economía azul

La Economía Azul de la Unión Europea representa todas las actividades económicas relacionadas con los océanos, los mares y las regiones costeras, y abarca áreas como la pesca, la construcción naval, el turismo y la energía oceánica. Este sector, en la actualidad, proporciona empleo a casi 3,5 millones de personas en Europa y continúa creciendo. Sin embargo, se necesitan inversiones en innovación para crear nuevas oportunidades de negocio y gestionar de manera sostenible los recursos oceánicos y marinos.


La comercialización de innovaciones tecnológicas es un factor clave del crecimiento económico a largo plazo, pero las tecnologías de etapa temprana desarrolladas a través de la investigación académica a menudo no llegan al mercado. Para impulsar el crecimiento sostenible de la Economía Azul de la Unión Europea se necesitan mejores vínculos entre la academia, las empresas y la administración, sectores que a menudo tienen motivaciones diferentes.


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