Yolanda Muñoz ha destacado el esfuerzo realizado por la Autoridad Portuaria para la conexión del puerto a esta infraestructura, “en los últimos años hemos aumentado significativamente la dotación presupuestaria dirigida a contar con una línea ferroviaria desde los muelles hasta su conexión con el Corredor, principalmente en las instalaciones interiores a la dársena de Escombreras”. El puerto cuenta desde hace unos meses con vías de 450 y 750 metros útiles en los muelles dedicados a graneles, y ha participado a través del fondo de accesibilidad terrestre- la financiación de la variante ferroviaria de Camarillas, con una inversión de unos 62 millones de euros, cantidad que refleja la importancia que tiene para el Puerto de Cartagena la conexión intermodal, teniendo al ferrocarril como protagonista.
En el acto se ha realizado un chequeo de la infraestructura por parte del Movimiento Quiero Corredor, donde se ha valorado el avance de las obras aunque no van con la celeridad que les gustaría debido a los retrasos en el tramo Antequera-Algeciras, la falta de fecha para el tramo Lorca-Pulpí, las obras pendientes de terminar de Beniel-Murcia, y la conexión Murcia-Cartagena, que no tiene fecha.
“Es una infraestructura muy necesaria para el puerto, la adecuación de los diferentes tramos del Corredor Mediterráneo al ancho estándar internacional, con diferentes soluciones (vías exclusivas, ancho mixto) y otro tipo de actuaciones, como variantes a algunos municipios o soterramiento de tramos o estaciones, que también pueden influir en la explotación de los servicios con origen o destino en el puerto. Una región exportadora como la nuestra necesita de disponer de transportes intermodales y complementarios al de la carretera, más económicos y más sostenibles”, señaló la presidenta.
Las previsiones de demanda ferroviaria del puerto se centra en graneles sólidos y líquidos. Se estima que el granel líquido podría duplicar su transporte por ferrocarril, pasando de las 165.000 toneladas que en la actualidad usan el tren a 320.000 toneladas en los próximos años. Fundamentalmente sería gases licuados del petróleo como el butano, así como etanol y aceites lubricantes.
En el caso de las previsiones de demanda de graneles sólidos correspondería a clinker y cereales, comenzando a operarse en la dársena de Escombreras cuando se ponga en servicio el nuevo acceso ferroviario y red interior de dicha dársena. Concretamente, la previsión de tráficos es que puedan manipularse 280.000 toneladas anuales en el año 20
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