Una cuarta parte de la flota mundial de plataformas podría desecharse a medida que el Covid-19 acelera la reestructuración

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La demanda mundial de plataformas acababa de comenzar a recuperarse antes de la pandemia y ahora se espera que permanezca bajo presión hasta 2022.

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La nueva recesión que la pandemia de Covid-19 ha provocado en la industria del petróleo y el gas ha puesto a muchos sectores en dificultades financieras. La reestructuración en el ya extendido mercado de perforación en alta mar se acelerará, según muestra un análisis de Rystad Energy, y la flota flotante global, cuya utilización ha estado sufriendo desde la recesión anterior, puede esperar una nueva ronda de desguace como resultado.

Una evaluación de las plataformas activas en la flota global revela que hasta 59 de las 213 unidades son candidatos potenciales para la jubilación. Esto equivale a una cuarta parte del segmento flotante, o 22 buques de perforación y 37 semisubes.

La demanda mundial de plataformas acababa de comenzar a recuperarse antes de la pandemia y ahora se espera que permanezca bajo presión hasta 2022. Se espera que la demanda caiga de 129 años de plataforma en 2019 a 110 años de plataforma en 2020 y 103 años de plataforma en 2021, antes de avanzar lentamente. hasta 117 años de plataforma en 2022 y 122 años de plataforma en 2023.

Mientras tanto, se planea la entrega de 25 plataformas de nueva construcción hacia 2023. Naturalmente, la débil demanda mantendrá la utilización en niveles bajos a menos que veamos un aumento significativo en el precio del petróleo. Rystad Energy ha creado tres escenarios, anualizando la oferta y la demanda en años de plataforma, que muestran el rango de los niveles de utilización esperados según el desgaste de la plataforma y las entregas de nuevas construcciones.

La utilización comenzó a desplomarse en 2016 y ha oscilado entre el 45% y el 55% desde entonces, y se espera que los niveles de 2020 se sitúen en el 50%. La utilización podría alcanzar el 77% en 2023 si los 59 plataformas identificados por Rystad Energy se retiran y no se entrega ninguna nueva construcción, un escenario bastante optimista. La utilización disminuirá con cada entrega de plataforma de nueva construcción, hasta un 69% si todas estas unidades salen del astillero.

En nuestro último escenario, que asume la entrega de las unidades de nueva construcción pero no el retiro completo de las plataformas identificadas, la utilización podría caer hasta un 52% dependiendo de cuántos plataformas se desguacen.

“El desgaste de la capacidad puede sentar las bases para un regreso en la utilización y desempeñar un papel clave a medida que la industria de la perforación en alta mar busca apuntalar sus finanzas. Después de que los perforadores salieran de la reestructuración, podríamos ver más fusiones y adquisiciones, lo que nuevamente podría resultar en más desgaste ”, dice Jo Friedmann, analista senior de servicios de energía en Rystad Energy.

Una reducción en la cantidad de contratistas de perforación mediante fusiones y adquisiciones reducirá la cantidad de postores en cualquier proceso de licitación. El suministro de equipos de perforación debe ajustarse para que los contratistas de perforación recuperen el poder de fijación de precios, agrega Friedmann.

Muchos de los 154 plataformas descartados desde la última recesión comparten características comunes. Al principio del ciclo, las únicas unidades que se retiraron fueron semisubs, mientras que los propietarios de plataformas ahora ven la necesidad de comenzar a retirar los buques de perforación. La mayoría de los semisubs que se retiraron al principio eran las unidades más antiguas y menos capaces. La mayor preferencia del operador por los buques de perforación de alta especificación en mercados benignos también condujo a más desguace en el segmento benigno de semisubmarinos del mercado de plataformas.

Las unidades que se apilaron en frío relativamente temprano durante la recesión anterior serán algunas de las primeras plataformas en retirarse durante esta recesión. Los propietarios de equipos han estado esperando una recuperación que nunca despegó realmente, y la cantidad de unidades que se han apilado en frío desde 2016 es de dos dígitos.

Los costos de reactivación pueden oscilar entre $ 20 millones y $ 35 millones para las plataformas que se han apilado en caliente durante un período de tiempo relativamente corto y entre $ 40 millones y $ 100 millones para las plataformas que se han apilado en frío durante períodos de tiempo más largos. Dadas las tarifas actuales y la duración de los contratos, es poco probable que la mayoría de estas unidades apiladas en frío vuelvan a funcionar.