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Un informe técnico recomienda el desguace del dique flotante de Palumbo situado en el Puerto de Granadilla

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Puerto de Granadilla   dique flotante   Palumbo

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Lo expertos aconsejan el desmantelamiento in situ por peligro grave de hundimiento debido al deterioro de la estructura.

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El dique flotante propiedad de Palumbo Shipyard Tenerife que se encuentra atracado en el Puerto de Granadilla tiene los días contados. Esta inmensa estructura, en realidad la mitad del dique flotante que estaba previsto instalar en Granadilla y que sufrió los efectos de un temporal en el Caribe que le partió en dos, lleva más de dos años y medio atracada sin uso y sin mantenimiento. Parece que su destino final será el desguace y achatarramiento.


En su origen, y antes de su rotura en dos mitades, se trataba de un dique flotante de construcción soldada de acero con un pontón monolítico de una pieza y 15 bloques verticales como alas separadas a cada lado, que contaba con una eslora máxima del pontón 274,32 metros y Manga exterior de 79,24 metros, con un peso muerto de 28.449 toneladas. La mitad de proa del dique seco es la que se encuentra en estos momentos en el Puerto de Granadilla.


La otra mitad, que inicialmente se dijo que se había hundido durante el huracán, apareció meses despues en Jamaica.


Un informe técnico al que CanaryPorts ha tenido acceso revela que la fiabilidad estructural del pontón de este dique es baja, ya que durante su traslado y embate durante el temporal que lo partió en dos estuvo sometido a esfuerzos para los que no estaba preparado. Destaca este documento que aparte de los propios de arrufo y quebranto, los torsionales tuvieron que ser de gran magnitud.


También describe cómo por el costado de babor se puede apreciar que el mamparo donde se produce la rotura está perforado y deja abierta una entrada de agua, hasta el punto de que hay que someterlo a achique de manera constante, situación que se ha ido agravando por el deterioro de la esctructura debido a la falta de mantenimiento. En estos momentos se realizan achiques cada dos o tres días para evitar el peligro de inundación.


Puerto de Granadilla   dique flotante   detalle viu0301a de agua


El informe no deja lugar a dudas en cuanto a la posibilidad de su puesta en funcionamiento, que incluiría una varada en un astillero para su reparación, con un coste muy superior al que conllevaría la adquisión de uno con muchos menos años de servicio, sin contar con que dificilmente se podría trasladar dado su estado. En este sentido el informe destaca que el remolque de esta estructura nunca sería autorizado por las autoridades competentes, salvo para distancias muy cortas y la reparación en varada supondría un traslado de larga travesía, y no podría cumplir nunca con las exigencias DNV-GL que son las mismas que las de la IMO para estas situaciones.


Del mismo modo, el informe destaca que en el caso, no recomendado, de un traslado a otro puerto, las demandas de tracción y las necesidades de cobertura de un seguro que cubra el riesgo de un remolque de una estructura que no pueda garantizar su estabilidad estructural y, por consiguiente, su navegabilidad en las condiciones que exige la propia OMI, serían extremadamente costoso.


Además, esta operación debería contar con la autorización de Capitanía Marítima de Tenerife para que pudiera navegar y ser remolcado a otro destino, algo que parece difícil de conseguir dado el estado en el que se encuentra y el riesgo de hundimiento. Hay que añadir que probablemente necesite también autorizaciones de medioambiente en la que probablemente el Gobierno de Canarias o el Ministerio de Fomento tendrían algo que decir.


El informe concluye que lo ideal es proceder a la demolición en el mismo punto donde se encuentra en la actualidad por una empresa especializada en este tipo de trabajos, ya que en caso de traslado, existiría un alto riesgo de hundimiento.


Supondría un desastre de magnitudes inimaginables que se hundiera en la boca del Puerto de Granadilla o del Puerto al que se dirija, obstaculizando la vía de entrada de otros buques con el coste económico que supondría para el puerto y la isla en su conjunto.  


Inclusive sería un riesgo también muy alto que ocurriera algo parecido a lo que ocurrió con la otra mitad del dique flotante, que desapareció y se dió por hundida durante el huracán y volvió a aparecen al mes siguiente en las costas de Jamaica. Un riesgo muy alto para la navegación en estas aguas donde el tránsito hacia nuestros puertos es alto, pero más alto aún el tránsito en las rutas que pasan cerca de Canarias y que recorren de norte a sur y viceversa el atlántico.


Por otro lado, hay que tener en consideración que en caso se llevarse a cabo la demolición o desguace y el achatarramiento en el Puerto de Granadilla, supondría un aporte económico considerable para la isla, por cuanto que requiere de mano de obra, servicios transportes, tasas portuarias, y todo lo que de riqueza local y generación de negocio conlleva una operativa de estas características.


Puerto de Granadilla   dique flotante   detalle danu0303os 2


Historia del dique flotante que nunca llegó

Hay que recordar que el dique flotante denominado Ercolino IV fue adquirido a los astilleros norteamericanos Avondale ubicados en el río Mississippi a su paso por la ciudad de Nueva Orleans, donde se encontraba inactivo desde el año 2014, año en el que se produjo su cierre en la actividad reparadora y constructora. El dique había permanecido en ese astillero desde su construcción en el año 1967.


El dique fue adquirido el año 2017 por Palumbo Shipyard Tenerife, su actual propietario, para su traslado al Puerto de Granadilla para cubrir la falta de medios de varada existente en Tenerife. Se pretendía ampliar y potenciar la oferta de reparación naval en al Isla de Tenerife y por tanto en el Atlántico Medio.


Para su traslado a Canarias se hace necesario la realización de una operación de remolque, la cual estaba prevista iniciarse el 25 de agosto de 2017, aunque salió definitivamente el 1 de septiembre de 2017.


Durante su traslado el remolque sufrió la dura embestida del huracán Irma partiendo la unidad en dos, quedando temporalmente a la deriva. En enero de 2018 llega la mitad de proa del dique seco al Puerto de Granadilla tirado por el remolcador De Zhou. Durante los meses posteriores se especuló mucho con la llegada de la otra mitad, aunque finalmente nunca apareció.


Tras el paso del huracán la mitad que llegó a Tenerife presentaba síntomas de haber sufrido duros embates que dañaron su estructura de manera perceptible. Y la mitad que se dió por hundida y que finalmente apareció en Jamaica también presentaba un estado deplorable.


El informe destaca que a la vista de los restos del dique existentes en el Puerto de Granadilla, el remolque debió soltarse por su rotura o por voluntad de la propia tripulación del remolcador, quedando al pairo, arrastrado por el oleaje. En estas condiciones, y debido a la antigüedad del propio dique, con casi sesenta años desde su construcción y 5 de abandono) y sometido al propio huracán y a las embestidas del mar, se produjo la ruptura.

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