OPCSA entiende que, aunque la opinión empresarial debe ser libre, la presidencia de Oneport, en concreto, debe respetar las formas de relación con las empresas y en especial los acuerdos que tienen sus asociados.
Ante esta situación incómoda y nada deseable, OPCSA está obligada a suspender su presencia en Oneport y estudiar fórmulas de cooperación futura que no pasen por un enfrentamiento empresarial abierto y nada constructivo para las empresas implicadas.
Confiamos en que el diálogo y el respecto empresarial que tradicionalmente ha habido en el Puerto sea el camino para reconducir las diferencias de criterios.
OPCSA tiene una actitud constructiva en este sentido y cree que es necesario sumar, desde todo el tejido empresarial, para lograr la mayor competitividad y calidad en los servicios del Puerto de Las Palmas.
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