El mayor crucero del mundo atraca en el puerto de Valencia

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Para Mar Chao, directora comercial de la Autoridad Portuaria de València,  la llegada a Valencia del Symphony of the Seas “hace ver la relevancia que el tráfico de cruceros tiene para nuestro puerto; y también demuestra que el tráfico de cruceros es una apuesta clara de Valenciaport".

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El buque estrella de la compañía Royal Caribbean, el Symphony of the Seas ha permanecido todo el domingo 21 de octubre en el puerto de Valencia. Era la primera vez que este crucero de 362 metros de eslora visitaba València; y como marcan los cánones marinero/portuarios, en esta estancia inaugural, el buque y el puerto han intercambiado metopas para recordar la llegada del que se considera el mayor crucero del mundo.

La directora comercial de la Autoridad Portuaria de València (APV), Mar Chao entregó al capitán del crucero un “socarrat” de motivos marineros, con la leyenda alusiva al evento. Por su parte, el capitán del Symphony, Rick Sullivan obsequió a la representante de la APV con una imagen conmemorativa de la escala inaugural del buque en Valencia.

En unas declaraciones ante las cámaras de Valenciaport, el “Capitán Rick” - como gustaba en identificarse al marino – se mostraba muy satisfecho por la capacidad del puerto de Valencia, por sus excelentes instalaciones y por la profesionalidad de los prácticos y de los servicios portuarios.

Para Mar Chao, la llegada a Valencia del Symphony of the Seas “hace ver la relevancia que el tráfico de cruceros tiene para nuestro puerto; y también demuestra que el tráfico de cruceros es una apuesta clara de Valenciaport; por lo que seguiremos trabajando en ello y en los nuevos desarrollos que estamos poniendo en marcha».

El Symphony of the Seas es el barco más innovador de la flota que reúne las mas novedosas instalaciones de Royal Caribbean entre las que destacan: el tobogán más alto en alta mar, dos simuladores de surf para los amantes de este deporte, una tirolina de vértigo de 25 metros de largo y suspendida a nueve cubiertas de altura, el Bionic Bar, donde un barman robot se pone en marcha tras la barra para atender las comandas de los clientes, una pista de running que, además, permite conocer el barco de punta o el Central Park, un oasis de vegetación en medio del barco, con agradables restaurantes de especialidad y con zonas ajardinadas que dotan de frescor al interior del barco.