Los planes de gestión cuentan con medidas específicas para compatibilizar las actividades que se desarrollan en estas áreas con la protección de entornos y especies de gran valor ecológico. En estas 24 zonas se encuentran hábitats tan característicos como arrecifes, cuevas marinas y bancos de arena que, en muchos casos, albergan sebadales, praderas marinas de gran riqueza ecológica.