Este biocombustible de segunda generación permite una reducción de las emisiones de CO2 de alrededor del 83% lo que supone alrededor de 690 millones de toneladas, teniendo en cuenta su producción y distribución.
Este combustible cumple los criterios para ser clasificado como “neutro en emisiones de CO2” que se define como aquel que elimina completamente dichas emisiones en un 100% del tanque a la estela o entre un 85% y un 89% del pozo a la estela.